domingo, 24 de septiembre de 2023

Y ahora qué?


Y ahora qué?


¡Hola a todos y bienvenidos nuevamente a "From España to Australia: Álvaro's Journey"! 

Han pasado 130 días desde que aterricé en Australia y cada semana ha sido distinta a la anterior. Como os comenté en el capítulo anterior, estoy triste, y aunque la situación ha cambiado por completo al anterior capítulo, hoy os explicare porque he estado 1 mes sin escribir nada

Lo primero de todo seguir dándoos las gracias por el apoyo a los que leéis el blog y me ponéis comentarios para apoyarme. De verdad, gracias, es un impulso enorme. 

Bueno, vamos al tema, a lo que hemos venido. Probablemente no es lo que querrías leer hoy, y no será la mejor de las historias que os podría contar pero cuando decide empezar a escribir en el blog, buscaba contar estas experiencias y vivencias. Hace aproximadamente 4 semanas sufrí una crisis epiléptica mientras trabaja. Los que me conoceis sabeis que en 2020 me paso algo similar, mientras estaba en mi casa de Aravaca con mi padre convulsione y en las pruebas se me vio afectada el lobulo temporal. En su momento empece un tratamiento diario y un seguimiento. Pude seguir con mi vida normal e irme a Bristol durante 4 meses. Todo parecía un susto de lo que vivimos en 2020 con el inicio del COVID, el aislamiento social y etapas menos buenas. 

En diciembre de 2022 tras una electroencefalograma, se vio que no tenia ningún signo anormal y que seguir tomando la medicación no era necesario, se podía decir que estaba recuperado y que mi cerebro no volvería a tener picos para volver a colisionar. 

Volviendo a aquel día, la situación no fue la mejor. Y no fue la mejor, debido a que mi jefe y su familia se fueron de jueves a lunes de vacaciones para que su hija pudiera estar en la celebración de cumpleaños de su mejor amiga (llevaba hablando de esta fiesta 5 semanas). Esto que me paso, precisamente me paso el día que ellos se fueron, alrededor de las 16:30 convulsione y perdí la consciencia hasta las 18:00. Estaba en el tractor, dentro de la cabina y choque con una de las mezcladoras. Tuve la suerte que el tractor en el que iba, tiene un sistema de seguridad que si se choca con algo y le hace resistencia se pone en neutral y no avanza mas. Tuve suerte. 

Cuando me reanime, pensé que algo me había picado y que el veneno me había hecho reacción, tenia un golpe en la cabeza, una rozadura en el cuello y la camiseta rota. Aparque el tractor, apague la mezcladora y el generador y me fui a casa. Estaba solo en casa, perdido en una granja donde el hospital mas cercano estaba a 3 horas, el centro de salud del pueblo había cerrado a las 17:00 y mi jefe se encontraba a 5 horas en coche de distancia. Así que decidí mantener la calma, me duche y me fui a dormir. A la mañana siguiente me levante con los músculos como si hubiera corrido tres maratones seguidas y es cuando me di cuenta de que no era una picadura o la reacción a un veneno, sino, una crisis epiléptica. Los mismos dolores en las piernas que aquel día de junio de 2020. 

Estaba solo y tenia una larga lista de cosas que hacer en la granja, las vacas no pueden parar de alimentarse. Me levante y me fui a trabajar, sin llamar a mi jefe, no le quería preocupar y sobretodo no quería que se tuvieran que volver antes de tiempo y que la hija no pudiera estar en la fiesta de cumpleaños de su amiga (la hija de mi jefe vive aislada de la sociedad y son contadas las ocasiones que puede ver a sus amigos). El día en la granja fue normal, como si nada hubiera pasado, bueno sí había pasado. Cuando choque con el tractor rompí una de las cintas transportadoras de la mezcladora, no fue el mayor de los problemas porque podía usar la otra mezcladora sin problemas y todo se podría hacer con normalidad. 

El fin de semana llego y todo estaba en orden. Tenia mis dolores musculares pero iban a menos cada dia. Pude hablar con mis padres y contárselo. Llevaba comiendo esta situación solo 2 días y necesitaba hablar con ellos. Me tranquilizaron mucho pero también me hicieron pensar que Australia y ser epiléptico no es la mejor de las ecuaciones y que volver a España a lo mejor es una opción, que aunque no desee, puede ser la mejor para mi familia y mi salud. Aunque de momento no quiero plantearme volver en el corto plazo, no he podido descubrir Australia. 

Llego el lunes y mis jefes llegaron, pero llegaron a la noche y con una energía positiva muy buena que probablemente hubiera roto de golpe si lo hubiera contado esa noche. Decidí esperar hasta la mañana siguiente. Y así fue. Para que me pudieran entender de la mejor de las maneras, escribí una nota en el móvil y le pedí que la leyera la mujer de mi jefe. En ese momento me rompí a llorar y, no, no era por la crisis epiléptica, lo que mas me había comido la cabeza durante esos días era el golpe en la mezcladora. Llore desconsoladamente pero ahí es cuando se ve la cara de las personas y el valor humano que tienen y lo primero que me dijeron es que si esto ocurre da igual lo que ellos estén haciendo y lo lejos que estén, la salud mia es mas importante, que las cosas materiales tenían solución (así fue, arreglo la mezcladora en 20 minutos de reloj, lo que me hacia comer la cabeza era una reparación de 20 minutos) pero la muerte no. 

Tras visitar el médico de cabecera de Australia, presentarle todos mis informes y hablar con mi neurólogo de España, vuelvo a la casilla de salida, a volver a un tratamiento diario y probablemente por el resto de mi vida. Toca cuidar de nuevo el cerebro. Probablemente hayan sido las peores semanas desde que me fui de casa, no porque yo me encuentre mejor o peor, sino porque no quiero preocupar a mi familia y amigos. Al principio me lo tomaba como un fracaso tener que volver a España sin hablar cumplido mis expectativas y sin alcanzar ninguna meta, pero por encima de todo eso, esta la salud, no me vale de nada lograr ser el mejor si al dia siguiente me ocurre algo y me deja en una situacion sin retorno. Voy a seguir viviendo en Australia al menos hasta que vea a Alcaraz ganar el Grand Slam en Melbourne, después tomaré la decisión de seguir persiguiendo un sueño o de volver a casa. 

La relación con mis jefes desde que esto ocurrio ha ido a mejor, me siento un hijo adoptivo. Antes habia ese distanciamiento jefe-empleado pero ahora no. Están preocupados y me dan soporte y confianza en estos momentos. Me siento uno más.

Hoy, afortunadamente, lo puedo contar con una sonrisa en la cara. 

Hasta aquí mis primeros 130 días y mi noveno capítulo de mi experiencia en Australia. 

¡Los echo de menos y los quiero!

¡Nos vemos en el próximo capítulo!


5 comentarios:

  1. Hola!! Vaya susto. Estas demostrando que eres super fuerte y que orgullo siento. Valiente!!! Cuidate mucho y mucho mucho animo. Con muchas ganas de volver a leerte de nuevo. Un fuerte abrazo desde

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  2. Un fuerte abrazo desde puente tocinos. Muchos muchos besos

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  3. Con muchas gana de leer otro capitulo. Eres muy valiente Alvaro.
    Te admiro

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  4. Hola Álvaro, que decirte, que te cuides y si tienes que venirte a casa una temporada no pasa nada ya tendrás tiempo de tu sueño australiano eres muy joven y lo principal es la salud.

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  5. Me alegro que sigas allí, paso a paso, hasta conseguir tu objetivo

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